SOBRE LA RESILIENCIA

No me puedo fiar de nadie! A partir de ahora no me entrego más! Yo ya no me arriesgo. Cuando hemos sufrido el dolor de una pérdida en forma de decepción, traición o abandono, a nivel inconsciente, tomamos algunas decisiones con la buena intención de evitar volver a sentir el mismo dolor. Paradójicamente, estas decisiones lejos de hacernos más fuertes nos debilitan, ya que cierran nuestro corazón también al amor.
Existe una técnica japonesa llamada Kintsugi que consiste en reparar objetos rotos rellenando las grietas con oro con el fin de enaltecer la zona dañada. De esta forma algo que ha sufrido un daño, desde su imperfección se vuelve más hermoso y valioso.
Y un poco eso es lo que te propongo. Piensa en cuáles son esas decisiones o normas que rigen tu gestión del dolor, hazlas conscientes, date cuenta de cómo producen grietas en ti y de cómo estas te debilitan.
Sin embargo, inspirados en el Kintsugi ¿Cómo sería rellenar esas grietas con oro? ¿Qué necesitarías pensar o hacer diferente? ¿Cómo sería salir de esta experiencia dolorosa más fuerte, más hermoso, más valioso?
En definitiva, con el corazón abierto y dispuesto a seguir arriesgando.